jueves, 30 de marzo de 2017


EL DESCANSO DEL PÚGIL
La escultura representa a un púgil sentado sobre una roca justo después de un combate, y que gira violentamente la cabeza. Lleva unos guantes formados por unas gruesas tiras de cuero  que rodean los nudillos y dejan libres los dedos; la parte del puño está reforzada. En el cuerpo no hay señales de ninguna herida, pero la cara está llena de marcas de los golpes: tiene un corte en la oreja, la nariz rota y toda la cara llena de cicatrices.
El púgil es una pieza de bronce formada por ocho fragmentos soldados, y de un gran refinamiento técnico en la búsqueda de la policromía. Los ojos, que tendrían que estar incrustados, han desaparecido, y hay numerosas pequeñas incrustaciones de cobre rojo en los dedos y en la cabeza para simular la sangre de las heridas. El movimiento de la cabeza hace volar las gotas, y por eso también hay incrustaciones sobre el antebrazo y el muslo derecho.
Una limpieza reciente ha puesto de manifiesto que hay zonas desgastadas en la punta del pie derecho y en los guantes y dedos de la mano izquierda, acariciadas en señal de la veneración y deferencia de que ha sido objeto la estatua a lo largo de los siglos.
AUTOR: Desconocido
SITUACIÓN: Museo nacional de Roma

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