LAS CARRERAS DE CABALLOS CON CARRO


Las carreras de carros eran uno de los deportes  más populares de la antigua Grecia y después en Roma. Solían ser peligrosas tanto para los aurigas es decir lo que actualmente conocemos como jinetes  como para los propios caballos, quienes con frecuencia sufrían serias lesione, utilizaban 4 caballos en el centro y otros 2 reforzando el exterior pero lo más corriente es que solo hubiera 4 caballos sin 2 a los lados a los que enganchaban a un carro al que se subían los jinetes y los dirigían por el estadio en esta ocasión el estadio no es una línea recta sino que tiene forma ovalada parecida a los estadios actuales. 

Este deporte generaba un fuerte entusiasmo en los espectadores comparable al actual interés por el automovilismo. Algunos de los aspectos de la organización de las carreras de carros se equiparaban a las actuales prácticas en deportes profesionales. 
En las carreras de carros, según el estilo romano, los equipos estaban formados por los diferentes grupos que la financiaban, compitiendo a veces por los servicios de los conductores más expertos. Estos equipos tenían un gran apoyo por parte de los espectadores, lo que en ocasiones provocaba disturbios entre los seguidores de los diferentes equipos. A veces los combates eran politizados, de modo que el deporte comenzó a ser algo más que  las carreras en sí mismas y empezó a afectar al total de la población. Esto ayuda a explicar por qué los romanos y más tarde los emperadores bizantinos  tomaron el control de los equipos y designaron a varios funcionarios con objeto de supervisarlos. El deporte comenzó a perder importancia tras la caída del Imperio romano de Occidente, aunque sobrevivió durante un tiempo en el Imperio bizantino. Otra ideología sobre como comenzaron a hacer las carreras de caballos con carro fue en los juegos olímpicos cuando el rey Enómao desafió a los pretendientes de su hija Hipodamía, pero fue derrotado por Pélope, quien fundó los juegos en honor a su victoria.
En esta fotografía  podemos observar a la amazona CINISCA DE ESPARTA una amazona prodigiosa